Imprenta nacional de cuba: historia y evolución de la edición en la isla

La historia de la Imprenta Nacional de Cuba está intrínsicamente ligada al desarrollo de la industria editorial y la cultura en la isla. Desde los primeros impresos hasta la creación del Instituto Cubano del Libro (ICL), el recorrido es rico en eventos y personajes que moldearon el panorama literario y el acceso a la información en Cuba.

Los Primeros Impresos en Cuba

Mucho antes de la fundación de la Imprenta Nacional de Cuba, la imprenta ya había llegado a la isla. El primer impreso conocido es Oraciones, novenas en devoción y gloria de N. P. San Agustín(1722), publicado por el flamenco Carlos Habré. Sin embargo, durante gran parte del siglo XVIII, la impresión no era un negocio estable. Familias de impresores como los Olivos, los Boloña, los Paula-Seguí, entre otras, se destacaron, trabajando a veces bajo las rúbricas de Imprenta del Gobierno o de la Capitanía General, la única permitida por la Corona Española. Esta restricción, aunque a menudo ignorada por gobernadores, refleja el control colonial sobre la información.

El Siglo XIX: Un Escaso Movimiento Editorial

El movimiento editorial en la primera mitad del siglo XIX fue limitado, con alrededor de ocho imprentas en La Habana y cinco en provincias. La mayoría se dedicó a la publicación de libros de texto y manuales. La obra Ocios poéticos(1819), de Ignacio Valdés Machuca (bajo el seudónimo Delio), es considerada por algunos como la primera obra cubana digna de ser llamada libro. Este período vio el surgimiento de editores como José Severino Boloña, una figura clave que combinaba la labor de impresor, editor y promotor de las letras cubanas.

El auge de la narrativa, el Romanticismo y las revistas literarias en la segunda mitad del siglo impulsó el número de impresores y editores. La suscripción era la principal fuente de financiamiento, aunque muchas publicaciones fracasaron. En contraste, el periodismo experimentó un notable crecimiento, con periódicos importantes como el Diario de la Marina, que perduró hasta el siglo XX.

Otras imprentas y editoriales habaneras del siglo XIX incluyen La Liberal, de Tiburcio Campe; la de la Universidad de La Habana, de Antonio M. Valdés; La Propaganda Literaria, que monopolizó la impresión de textos escolares; y otras como La Mercantil Militar, La Antilla, El Iris, La Moderna, Los Niños Huérfanos y La Universal. Las guerras de independencia contra España (1868-1878 y 1895-1898) tuvieron un impacto significativo, con la producción de libros y periódicos por cubanos exiliados en Estados Unidos (Nueva York, Tampa y Cayo Hueso), incluyendo figuras como José Martí.

El Siglo XX: Auge de Editoriales Privadas y la Imprenta Nacional de Cuba

Las primeras seis décadas del siglo XX estuvieron dominadas por editoriales privadas, con las más avanzadas tecnológicamente ubicadas en La Habana. Algunas editoriales trascendieron el ámbito comercial, impulsando proyectos culturales. Entre las más destacadas están Cultural S.A., la mayor empresa editorial del período, dedicada a textos para la enseñanza primaria; Imprenta El Siglo XX; La Económica, con su revista Mirador Literario; Librería Studium; Librería Martí; Editorial Lex; Editorial Trópico (conocida por su edición de las Obras completas de José Martí); Ediciones Revista de Avance; y muchas otras, incluyendo pequeñas imprentas artesanales.

Personajes como José Manuel Carbonell (con su Evolución de la cultura cubana), Fernando Ortiz, Emilio Roig de Leuchsenring, y José María Chacón y Calvo, contribuyeron significativamente al panorama editorial. El exiliado español Manuel Altolaguirre también jugó un rol importante con su editorial La Verónica. Muchas editoriales tenían librerías propias y fomentaban tertulias literarias. La Cámara Cubana del Libro, fundada a mediados de los años 40, buscaba proteger a los autores nacionales.

La revolución de 1959 marcó un punto de inflexión. La propiedad de las editoriales e imprentas pasó a manos del Estado. En 1959 se creó la Imprenta Nacional de Cuba, cuya primera publicación masiva fue el Quijote. En 1962, se transformó en Editora Nacional de Cuba, separando las funciones editoriales de la producción y comercialización. Surgieron nuevas editoriales como la Universitaria, Pedagógica, Juvenil y Política.

El Instituto Cubano del Libro (ICL) y la Reorganización Editorial

En 1967 se creó el Instituto Cubano del Libro (ICL), que centralizó la gestión editorial, incluyendo edición, producción, distribución y comercialización. El ICL gestiona la publicación y promoción de autores cubanos a nivel nacional e internacional, organiza la Feria Internacional del Libro de La Habana, y publica obras de clásicos universales y textos científico-técnicos. Bajo su estructura se encuentran varias editoriales como Gente Nueva, Letras Cubanas, José Martí, Arte y Literatura, Nuevo Milenio, y Cubaliteraria, entre otras.

Fuera del sistema ICL, existen otras editoriales como Editorial Félix Varela, Editorial UH, Ediciones Unión, Ediciones Boloña, Fondo Editorial de la Casa de las Américas, Ediciones ICAIC, y muchas más. La producción editorial cubana también tiene presencia en el exterior, particularmente en Estados Unidos y España.

Tabla Comparativa: Etapas de la Imprenta en Cuba

Consultas Habituales sobre la Imprenta Nacional de Cuba

• ¿Cuál fue el rol de la Imprenta Nacional de Cuba en la difusión de la cultura cubana? La Imprenta Nacional de Cuba , y posteriormente la Editora Nacional de Cuba, jugaron un papel fundamental en la democratización del acceso a la cultura, publicando obras de autores cubanos y clásicos universales a gran escala.
• ¿Cómo impactó la revolución cubana en la industria editorial? La revolución llevó a la nacionalización de la industria editorial, creando un sistema estatal centralizado bajo el ICL, con el objetivo de promover la cultura cubana y la alfabetización.
• ¿Qué editoriales cubanas son relevantes hoy en día? Existen numerosas editoriales relevantes en Cuba, tanto dentro como fuera de la estructura del ICL, cada una con su enfoque específico (ej. Gente Nueva para literatura infantil, Letras Cubanas para autores clásicos, etc.).

La historia de la imprenta en Cuba, desde sus inicios hasta la actualidad, es un testimonio del desarrollo cultural y social de la isla. La creación de la Imprenta Nacional de Cuba marcó un hito en este proceso, consolidando el rol del estado en la difusión del conocimiento y la literatura.